¿No les ha pasado que quieren tener un cuerpo de infarto y dicen “sí, mañana empiezo la dieta y los ejercicios” y luego de unos días haciendo ejercicios no ven resultados inmediatos lo cual hace que se desanimen y abandonen la meta?
Muchas veces nos proponemos metas que, a simple vista, nos parecen imposibles de lograr y a medida que pasa el tiempo nos vamos desanimando porque no vemos resultados. Y es que, no estamos acostumbrados a ser persistentes en algo que queremos.
¿Alguna vez escucharon que “tus ganas de aprender determinarán tu futuro”? esto es cierto ya que primero todos escogemos lo que queremos y seguido de esto, empezamos a informarnos y a aprender todo aquello que permita que consigamos lo que queremos lograr. Pero, sí esto es así, ¿por qué hay personas que no consiguen lo que quieren? Esto es muy sencillo, es porque son impacientes y abandonan sus metas en algún momento del camino.
John Wooden alguna vez dijo: “Cuando mejoras un poco cada día, al final ocurren grandes cosas […] No hay que buscar mejoras rápidas y espectaculares, sino mejoras pequeñas, día a día. Esa es la única forma en que ocurren, y cuando lo hacen, permanecen”. Este es un gran consejo que muy pocas personas ponen en práctica, y es que muchas veces no reconocemos la importancia de dar pequeños pasos ya que los vemos como algo insignificante, pero asumir pequeños retos nos permite ganar seguridad y confianza en nosotros mismos para asumir grandes desafíos.
No olvidemos que el éxito alimenta la autoestima y un pequeño éxito te lleva a abordar retos más grandes, por ejemplo: Si en la empresa donde trabajas se te asigna ser el representante en un evento Nacional donde expondrás frente a miles de personas de todo el país, brindando una conferencia; si aceptas, las probabilidades de que seas víctima de un ataque de pánico escénico y ansiedad serían muy altas, y después de eso no querrás volver a saber nada de hablar en público. Pero, por el contrario, si aceptas dar una conferencia para tu equipo de trabajo y luego para tus compañeros, vas practicando y adquiriendo confianza, lo que te permitirá ir asumiendo retos más ambiciosos cada día. Porque la confianza es el alimento del talento y la confianza se gana con entrenamiento.
Estoy segura que muchos de ustedes conocen la frase: “La paciencia es una virtud” y es muy cierto ya que es importante que tengamos fe en nuestros pequeños éxitos y no los abandonemos hasta alcanzar grandes metas. Por ejemplo: El crecimiento del bambú chino es un proceso de 5 años desde que siembras la semilla, ya que todo este tiempo se da un crecimiento subterráneo y finalmente crece hasta alcanzar los veinticinco metros de altura. Algo similar sucede con nuestros procesos de crecimiento personal, ya que nos esforzamos día a día por lograr nuestros sueños, trabajamos sin cesar y damos todo de nosotros, pero, a medida que pasa el tiempo no vemos resultados y es ahí donde empezamos a cuestionarnos si realmente valdrá la pena seguir esforzándonos por ese sueño o desistir.
Francisco Alcaide nos brinda la siguiente fórmula: “poco + poco = mucho”, y aunque parezca un poco absurdo, lo cierto es que, es real y la mayoría de nosotros está acostumbrado a las metas a corto plazo, a alcanzar el éxito rápidamente, lo cual dificulta que alcancemos algo concreto a largo plazo. Tengamos en cuenta y entendamos que todos los acontecimientos importantes en nuestras vidas necesitan pasar por un proceso inicio, maduración y consolidación.
Fijemos nuestras metas y tengamos muy clara
nuestra dirección, es decir, saber lo que queremos, trabajando en ella y siendo
pacientes sin renunciar, lograremos nuestras metas.
Vamos, ¡ánimo, confía y celebra tus pequeños éxitos
que te llevarán al éxito y nunca desistas!
Colaboradora Grupo E&K: Angela Medina Zeña
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